lunes, 28 de julio de 2014

Despieza-relatos 3: "Una noche de espanto", de Antón Chéjov

Nuestra tercera y última cita fue con Chéjov y "Una noche de espanto".

Una breve introducción al autor.

Antón Chéjov nació el 17 de enero de 1860, en Taganborg, una pequeña ciudad situada en la costa del mar de Azov, al sur de Rusia. Tuvo una infancia difícil, marcada por el fuerte autoritarismo de su padre. Inicia sus estudios en la Facultad de Medicina, pero se lanza, a la vez, al mundo periodístico y publica innumerables relatos breves de corte satírico. Obtiene el título de médico y trabaja cerca de Moscú pero no deja de escribir relatos para los periódicos y, poco a poco, se va produciendo en sus textos una transformación; cada vez hay más dolor en ellos, más dramatismo y profundidad. Aunque nunca perteneció a un partido político, por ser una persona profundamente antidogmática, no permaneció inmóvil hacia la injusticia que percibía a su alrededor. Fundó por su cuenta varias escuelas rurales, organizó la lucha contra la epidemia del cólera y en 1890, ya debilitado y enfermo, viaja a la isla de Sakhalin, donde estudia la vida de los presos y publica después un informe que tuvo gran resonancia y que incluso dio lugar a que se produjeran reformas en el sistema penitenciario ruso. Tres años antes de su muerte, en 1901, se casa con la actriz Olga Knipper. La tuberculosis, que se había anunciado en 1885, le obliga a frecuentes viajes a diversos balnearios. Muere en Badenweiler, Alemania, el 2 de julio de 1904.

Elementos del relato:
Espacio: la acción en un barrio apartado de Moscú, en el recorrido entre varias casas de amigos y en las propias casas. 
Tiempo: Nochevieja de 1883.
Protagonista: Iván Ivanovitch Panihidin. Hombre sin supersticiones.
Narrador: En tercera persona (Iván) pero éste a su vez en primera.
Ritmo: muy fluido, oraciones coordinadas, abundantes interjecciones y soliloquios.
Conflicto: desde el inicio el protagonista nos presenta una atmósfera “de espanto” en la que Iván, un hombre no supersticioso, se encuentra sin embargo atemorizado tras una sesión de espiritismo, terror que se agiganta cuando encuentra un ataúd en su habitación. A partir de entonces el conflicto interior “lo que veo vs. lo que creo” será el motor que le impulse a ir en busca de sus amigos para resolver su disyuntiva y aclararse finalmente.
Tema: dado el giro del relato de un tono de terror a uno humorístico se podría elucubrar que la intención de Chéjov es satírica, burlarse de las prácticas de espiritismo que podían estar en boga en ese momento, o de la gente demasiado crédula o impresionable.

Hicimos una lectura teatralizada, tal y como el narrador del relato, Panihidin, debió narrarlo a su cautivada audiencia. Me encantó escucharos J

Aquí os dejo también el enlace al post de aquel humorista que adaptó el relato de Chéjov al siglo XXI para atrapar a sus oyentes.

Y esto es todo, ya sabéis que podéis comentar al pie de esta entrada. Pero por este verano ya hemos hecho mucho. Ahora toca leer, relajarse, recargar pilas con el sol e irse de vacaciones si se puede.

Feliz verano a todos.


Nos vemos de regreso en el Taller el 3 de octubre.

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