Ejercicio 11.1
1.1.- Cuando
recupera la memoria se ha convertido en un anciano.
1.2.- Realmente no ha perdido la memoria. El joven
ha sido atacado por un organismo que le ha arrebatado el cerebro, transfiriendo
parte de dicho cerebro a un anciano y obligando al joven realizar acciones
mecánicas.
2.1.- Le echa veneno en la comida.
2.2.- Después de comer lo lleva de paseo al
cementerio para devolverle una broma de la que fue víctima hace años.
3.1.- Todo el proceso cambia porque se demuestra la
inocencia del acusado.
3.2.- El asesinado era el juez. El que suplanta la
identidad al magistrado es el verdadero criminal, que ha conseguido llevar el
juicio por los derroteros que a él le conviene, buscando un culpable y de esta
manera esconder un caso de corrupción administrativa.
4.1.- Baja al cuadro de los contadores y sube el
magnetotérmico.
4.2.- No puede soportar el estar sin luz, es algo
superior a sus fuerzas, le falta el aire, se marea, etc. El exterior está
iluminado por la luna y el tenue alumbrado de las farolas. Acerca una silla a
la ventana, se encarama al alféizar. Se sienta en el rebaje de la parte externa
de la ventana con los pies colgando del vacío. Allí se tranquiliza y espera
hasta que vuelva la luz o que amanezca.
5.1.- Se va a trabajar. Es un comercial.
5.2.- Toma la maleta, se pone la gabardina y se mete
en la bañera. Se sienta cómodo y abre el grifo de la ducha. Por fin llegó el
gran día en el que podría realizar el viaje de sus sueños. Contempla como una
lluvia de meteoritos cristalinos golpean su vehículo espacial, la bañera, pero
él, comandante en jefe de la nave espacial sabe que una vez pasada la tormenta
de asteroides, el trayecto que le queda para llegar a Alfa Centauro, será
tranquilo.
6.1.- Sus enemigos se aburren y se largan. Las murallas
del imperio eran inexpugnables.
6.2.- Les piden a los que les están sitiando que se
vayan un poco más para atrás porque les están proyectando sombras. Luego les
echan la ropa sucia por la muralla y les indican la dirección del río,
requiriéndoles que hagan la colada. Les arrojan unas monedas y ordenan que
vayan al pueblo de al lado a comprar pan.
7.1.- No se desespera. Sólo por el hecho de haberlo
apuntado se acuerda de todo.
7.2.- El que pierde la agenda es Belzebú. Se le
olvida absolutamente todo lo que tenía que hacer. De este modo, los apresados
en el infierno huyen de tanto calor y ascienden al cielo. San Pedro, agobiado
por la cantidad de almas que le llegan, algunas en muy mal estado, solicita la
ayuda de Dios. Éste y sus ángeles bloquean la entrada al paraíso de tanto
malvado y los vuelven a enviar a las calderas de Pedro Botero. El Creador
apunta las labores que debe de realizar el diablo en unas tablas de piedra, al
igual que hizo con Moisés. Además está tan cabreado por trabajar en domingo y
por el extravío de la agenda, no sea que algún ángel más vaya a actuar
incorrectamente y entonces tenga dos diablos, que arroja el tratado sobre la
cocorota de Satán, rompiéndole un cuerno. El demonio no sólo recobra la
memoria, sino que además la ira le puede, por lo que de vuelta al Fuego Eterno,
apaga éste con un extintor y abre la puerta a los condenados, entregándoles un
plano con instrucciones de cómo colarse en el Reino de los Cielos.
Te quiero, puedes llegar más alto.
ResponderEliminarOscar.
No te lo he dicho, pero las dos ultimas son maravillosas. Inteligentes y muy imaginativas. Como dice Rocío, un pelín enrevesada, pero esa, es parte de la gracia. Sin embargo la 6.2 es más sencilla y muestra mejor la caradura que se gastan y el poco miedo que les tienen. Muy bueno.
EliminarOscar.
P.D. perdón por contagiarme del espíritu del bueno no está mal. Procuraré que no vuelva a ocurrir.
Jajaja, hay algunas realmente ingeniosas. Me ha encantado la 5, y la 2, que ya desarrollaste. La 6 no me convence (quizá es personal) y la 7 me parece pelín enrevesada, pero si consigues descomplicarla podría ser humorística.
ResponderEliminarTe falta la 8, por cierto.
La 1, por cierto, tiene muchísimo juego. No sé si saldría por la ciencia-ficción pero sí que le daría un toque fantástico o inquietante, la historia lo pide.
Besos, Rocío