Retrato
Esperanza y anhelo resumen la mirada de esta joven con ojos que añoran lo que aun no ha ocurrido, lo que
puede que no ocurra nunca. Esconde su timidez
tras la rama seca que sujeta, unos palos desnudos que complementan la
pureza del alma que se intuye.
La mujer no se oculta, más bien se asoma,
levemente. Timidez aporta la nariz, discreta y exacta en su espacio. Su olfato
es el sentido al que saca más provecho. Nunca hasta ahora le ha fallado; según algunos
debería llamarlo intuición.
Ella es esos labios potentes, carnosos
sin carmín, dudosos para pronunciar “te quiero” en plurales, pero firmes cuando
la sentencia es sobre si misma, sobre su objetivo. Su boca prefiere el beso a
la palabra, el susurro al grito. Besa y se deja besar, y también no besa y
rechaza, nuca pide a otros labios.
Su piel blanca es como la miga del pan
poco cocido, es como la piel de Blanca, su madre, de ella ha heredado también la
luz que irradian los dos luceros de su cara. La llamaron Clara por eso, pero a
ella la gustaría llamarse Artemisa. Y ese es su link: “Artemisa”. Así firma en
los guaches que expone y sobre los volúmenes en piedra caliza que desbasta con
rabia cuando esta cabreada con la sociedad en general ó con Tomás en
particular.
Para sus amigos es Klara, y así lo aclara
siempre:
—Klara con “K” —recalca.
El pelo negro, ensortijado en las puntas,
lo tiene por la parte del padre. Su abuela Edelmira lo peinaba exactamente
igual cuando estaba en la casa. Se lo suele recoger para despejar los hombros y
permitir que el aire de la tarde le resbale por el cuello desnudo.
Sí, por avatares de la vida, mañana me
olvidara de su rostro, me acordaré de
sus grandes ojos, de color marrón como el caramelo que garrapiña a las almendras.
Esos ojos saltones y transparentes, ahora
cargados de amor y de nostalgia. De esos ojazos que en este momento observan su
deseo, casi tocan lo que están viendo. Permanecen conformes y expectantes y a
su vez esperanzados y desilusionados por un igual. ¿Quién tiene al frente que
espera que la mire?. ¿Quién es esa persona ingrata, ese ser que no le devuelve la
llamada de ternura que le lanza? Hay un grito ahogado que pide respuestas, una
boca serena que sabe esperar. Klara mantiene intacta la certeza de elección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario