Ejercicio 7.2. Licinio

Ejercicio 7 

EDIPO

El hijo, sin saber a quién mataba, devoró a su madre desde dentro hacia fuera. Para eso lo había ingerido previamente la pobre pulga marina, para ser suya y de nadie más.

EL BIG BANG

En un principio, el mundo era el vuelo de una mariposa ciega a través de la noche infinita. Aún se puede ver la estela de las microscópicas escamas desprendidas de sus alas. Cuando murió, de cada mota de aquel polvo de colores nació una estrella.

EL RECREO

Es el séptimo día que navegan perdidos en medio del océano Pacífico, o quizá han pasado ya al Atlántico, o al Índico, y no se han enterado. Los sistemas de posicionamiento no funcionan con esta niebla tan espesa. Los víveres se agotan, ya casi no queda agua, ni ron. Es de noche, creen. Vaya capitán de mis cojones.

-Capitán, puedo ver algunas estrellas. Eso es Pegaso. Sí, por fin se levanta la niebla.

-Bien. Fijaremos rumbo este en cuanto amanezca. Qué es eso que brilla en el horizonte.

-Es el sol, capitán.

-El sol está a punto de salir a nuestra espalda, imbécil.

-Tierra, tierra. Estamos salvados, mi capitán.

-Rumbo oeste. Pero, por qué brilla tanto. Acércate un poco más.

-Hostia, es un diamante. Una isla de diamante. Y es nuestra, verdad mi capitán. Somos ricos.

-En efecto, es nuestra puesto que no era de nadie.

Y ahora, qué, pensó el más pequeño, el que hacía de timonel. Ya lo tengo, este era el refugio secreto del Nautilus, el submarino del Capitán Nemo.

ABISMO

Mi amor se está muriendo y no se me ocurre nada.